El cáncer es una enfermedad que afecta a millones de personas cada año, con tumores que pueden desarrollarse en casi cualquier parte del cuerpo. Sin embargo, el corazón es una notable excepción. Los cánceres primarios del corazón son extremadamente raros, con una incidencia muy baja en comparación con otros órganos. Este hecho ha llevado a muchos investigadores a estudiar las razones detrás de la resistencia del corazón al cáncer, arrojando luz sobre las particularidades que podrían estar protegiendo a este vital órgano. Estructura y Función del Corazón Una de las principales razones por las que el corazón rara vez desarrolla cáncer tiene que ver con su estructura y función. El corazón es un músculo altamente especializado que está en constante movimiento, bombeando sangre a través del cuerpo. Las células del músculo cardíaco, conocidas como miocitos, tienen una capacidad limitada para dividirse y proliferar. Esta baja tasa de proliferación celular reduce la probabilidad de mutaciones y, por ende, la formación de tumores cancerosos. Irrigación Sanguínea y Oxigenación El corazón recibe un suministro constante y abundante de sangre rica en oxígeno a través de las arterias coronarias. Esta oxigenación óptima podría desempeñar un papel crucial en la prevención del desarrollo de células cancerosas. Las células cancerosas tienden a proliferar en ambientes de bajo oxígeno (hipoxia), donde pueden evadir la apoptosis (muerte celular programada) y continuar multiplicándose. El entorno bien oxigenado del corazón podría, por lo tanto, inhibir el crecimiento tumoral. Sistema Inmunológico y Microambiente Cardíaco El sistema inmunológico también juega un papel fundamental en la protección del corazón. Las células inmunitarias circulan constantemente por el cuerpo, buscando y destruyendo células anormales. El corazón, con su abundante irrigación sanguínea, está bien vigilado por estas células inmunitarias. Además, el microambiente cardíaco, que incluye diversas moléculas señalizadoras y factores de crecimiento, puede no ser propicio para la supervivencia y proliferación de células cancerosas. Riesgo y Estadísticas A pesar de la resistencia natural del corazón al cáncer, existen casos de tumores cardíacos. Sin embargo, estos son generalmente tumores secundarios, es decir, que se originan en otra parte del cuerpo y luego se diseminan al corazón. Los tumores primarios del corazón, como los mixomas, rabdomiosarcomas y angiosarcomas, son extremadamente raros. Se estima que la incidencia de tumores cardíacos primarios es de aproximadamente 1.38 por cada 100,000 autopsias, lo que refleja su rareza en la población general (Yousef et al., 2020). La rareza del cáncer al corazón puede atribuirse a una combinación de factores: la baja proliferación celular de los miocitos, la alta oxigenación proporcionada por el abundante suministro sanguíneo y la vigilancia constante del sistema inmunológico. Comprender estas particularidades no solo nos ayuda a apreciar la resistencia del corazón al cáncer, sino que también podría inspirar nuevas estrategias para prevenir y tratar el cáncer en otros órganos.